viernes, 20 de septiembre de 2013

Cena espectáculo, show talent




¿Quién dijo que los espectáculos sólo se dan en los teatros? La idea surgió por el intensivo que haríamos de Bollywood. Había gente que no se conocía, por lo que una cena "informal" sería lo mejor para emprender el viaje con más confianza. 

   Pero con Susana no existe la normalidad tal como la conocen los comunes de los mortales. ¿Qué pasó?, pues que Rah, su pareja artística, nos quiso deleitar con algún tema bailado, más que nada para ir abriendo apetito y curiosidad con lo que nos encontraríamos en ese intensivo tan chulo. Pero claro, no iba a bailar sólo él, Susana le acompañaría también. Si a eso le unimos que Jadeh, "la maestra", también se apuntó a deleitarnos con todo su arte, pues el cartel iba tomando bastante forma.
 

   Ensayos rápidos de tarde, antes de que viniesen los invitados, y preparación del entorno. A eso nos dedicamos tras la comida y un chapuzón rápido en la piscina.


  Rah comenzó de forma espectacular. ¿Qué decir?, nada, sólo llenarnos con su arte. A mí, en esos momentos, la respiración se me cortaba. No puedo decir más, sólo aplaudir como si no existiera el mañana. Si a eso le añadimos que nos sorprendió con varias coreografías propias, el resultado es más que impactante. ¡Este es mi chico!



    Pero recordar que no estaba solo. Y para muestra un botón.


   Ver una pareja bailando, tan compenetrados, y disfrutando de lo que hacen, es todo un lujo, pero cuando además sale así, de esta forma, tan natural y en una casa, entonces es cuando te das cuenta de la grandeza de la danza y la música. No hay límites ni edificios para el arte.



   Y la noche seguía, y a cada nuevo tema, el espectáculo crecía. Jadeh, ¡impresionante! ¿Se nota que me he "enamorado" de mi maestra?


   Y a ésto yo lo llamaría "el momentazo". El hijo de unos amigos, que por cierto mi peque adora, nos ofreció un solo de violín acompañado por el arte indiscutible de Jadeh. ¿Envidiable poder presenciar este momento?, ¡sin duda! 


   ¿Y Jadeh terminó?, no, aún nos tenía más sorpresas orientales.



   Pero no os creáis que Rah terminó sin más, tenía otro as en la manga.


   Sin palabras,... danza con abanicos...


   ¿Y qué nos queda para decorar el pastel?, esa guinda la pusieron los más peques (sólo de nombre claro) con todo su arte. Nos presentaron, de forma teatralizada, cada una de las actuaciones. Nos hicieron reír, nos contaron chistes, actuaron como nadie y nos deleitaron con su arte, que dicho sea de paso, no es poco.


   Mi peque se arrancó con la guitarra y el violín (aunque de este último no saqué fotos). Lo malo, el atril, le tapaba la cara, pero en el fondo es lo de menos. El animarse a participar en el evento es lo más grande.


   Más que artistas, en esta foto parecen un grupo de zombies, sacados de la última película de terror del momento, pero eso sí, con mucho arte. Nos obsequiaron con un tema de fusión, pero quedó estupendo, sobre todo para ser una pequeña improvisación, casi sin tiempo de ensayo. ¡OLE ESAS FUTURAS PROMESAS!




   ¿Pensábamos que habíamos acabado?, ni mucho menos, Rah aún tenía mecha, así que, violín en mano (que le quedaba pequeñísimo), intentó el broche final. Para la próxima le pediremos un tema completo.



   Y ahora sí, ya era hora de cerrar, al día siguiente nos esperaba un largo viaje y la noche se hacía corta. Pero estábamos en territorio Susana, y todo tiene magia en el ambiente.


    Desde luego que no será ni la primera ni la última cena espectáculo que tengamos. El arte hay que disfrutarlo, vivirlo y compartirlo con la gente que quieres.


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