miércoles, 11 de julio de 2012

Ciclo de la vida: nuevos gatitos

El año pasado adoptamos-rescatamos una gatita. Era muy pequeña aún y la alimentamos con biberón, la llevaba en mi tripa casi todo el rato, dado que perdía calor demasiado rápido. Así que puede decirse que crié a una gata con bastante apego.


Se adaptó perfectamente a nosotros y a los perros. O quizá tendría que decir, que los perros se adaptaron a ella. Tobi se convirtió enseguida en su protector y así a sido hasta hoy, que veremos a ver como acepta a los nuevos miembros de la casa.


Esa pequeña bolita se convirtió en una preciosa gata, caprichito del barrio gatuno, así que no tardaría un año en venirnos con una sorpresita en su barriga. Mejor dicho, tres pequeñas y adorables sorpresas.


Hace exactamente diez días estaba ya así de gordita. Al ser primeriza, y sin saber cuantas crías tenía, no pensamos que fuese a parir tan pronto, así que calculamos que sobre finales de este mes sería su alumbramiento. Pero ayer nos encontramos con que la cosa podría adelantarse.

Mi hijo se dio cuenta, a eso de las doce y media de la mañana, que Cleo había mojado la cama. El pensó que se había meado, así que comprobé que realmente era lo que me suponía. Con varias toallas en ristre y trasladando a la embarazada al baño, esperamos pacientemente la llegada de los gatitos. 

Anotamos en un cuaderno cada una de las contracciones, mi hijo se encargó de esta parte. Lo más bonito era que él ya sabía cuando le venía una contracción a Cleo, por sus movimientos en la tripa y su reacción. Ya lo sentía como ella. Cuando la cabeza del primero se veía, a eso de las dos y media de la tarde, mi hijo tuvo que salirse del baño porque los maullidos de la futura madre le superaban. En cuanto escuchó el pequeño lamento del que creemos se llamará Nilo, volvió enseguida dispuesto a no perderse el resto.


Pero su deseo se frustró cuando Cleo comenzó a comerse su placenta, algo normal entre los mamíferos, así que tuvo que salirse de nuevo, mareado y un poco descompuesto. Aunque tras explicarle sus beneficios y recomendarle mirar para otro lado, ya se sintió capaz de aguantar hasta el final, como así lo hizo. Un verdadero matrón, acompañando en todo momento, dando ánimos a la mamá y disfrutando de la llegada al mundo de los demás gatitos.


Tras una media hora, que nos pareció muy pocos minutos, menos mal que mi hijo llevaba el registro real y así lo pudimos comprobar,  apareció el segundo. Venía de culo,  al final opté por ayudar un poco a Cleo y así evitar que pudiese resultar dañado. Misma operación, pero esta vez ambos esperamos a que terminase con su labor para volver a mirar. Mientras, nos preocupamos de que Nilo no perdiese calor, me habían comentado que normalmente suelen morir los primeros en nacer, así que nuestros esfuerzos trataban de evitar ese contratiempo, parece que lo logramos. Finalmente, la tercera apareció, tras veinte minutos, también entre contracciones más suaves, o eso nos pareció, y muy rápidamente. Ya los teníamos a todos, aunque no lo supimos hasta bastante tiempo después.


Tengo que reconocer que los dos últimos gatitos, o gatitas según creemos, parecían más unos ratones que felinos. El color, más propio de estos roedores, las patas rosadas y el rabo aún mojado, nos hizo pensar en el posible padre de las criaturitas, ¿quién sería?


Tras confirmar que solo tendría tres gatitos, nuestros esfuerzos se centraron en que se engancharon bien a la teta. Y otra vez tenemos que decir que ¡prueba superada! Cleo se ha mostrado como una gata estupenda, muy pendiente de sus cachorritos.

Por nuestra parte comentar que ha sido toda una experiencia. Vivir un parto de forma tan directa, acompañando al animal en todo momento y el aprendizaje que esto representa, a aportado a mi hijo mucho más de lo que a simple vista pueda parecer. La conexión con la gata era palpable, espero que le sirva para que el día de mañana, si alguna vez es padre, pueda asistir a su pareja de la misma manera.

8 comentarios:

  1. ¡Qué bonita entrada! Son increíbles los vínculos que podemos llegar a crear con los animales que forman parte de nuestra vida. No tengo ninguno en casa en estos momentos porque lloraba hasta cuando se me morían los peces :(

    Besos

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    1. Tienes razón Mayte, hay vínculos preciosos y el resultado salta a la vista.

      Ahora nos queda ayudar a Cleo en esta nueva etapa, que aunque se ha presentado como una madraza, siempre viene bien un apoyo extra.

      Besos a ti también.

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  2. ¡¡¡Qué preciosidades!!! No puedo evitarlo, se me cae la baba, me encantan los gatos. Tengo uno, y es probablemente el gato más mimado del mundo... Saludos, Isabel

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  3. Ha sido toda una experiencia. Lo reconozco ¡también se me cae la baba! Y sobre mimos..., mejor no halamos ;-P

    Besazos para los cuatro.

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  4. Gracias Paloma por esta entrada. Me he emocionado. Me alegra mucho que tu niño haya podido estar presente.
    Un abrazo.

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  5. Ha sido especial Pilar, y así lo hemos vivido. Ha sido una gran suerte también para Daniel, porque hoy en día es más difícil ver este tipo de cosas fuera de una pantalla. Así que estamos muy ilusionados con los peques. Ya tienen nombre los tres y formarán parte de esta peculiar familia nuestra.

    Besazos.

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  6. Mi mas sincera bienvenida Silvia. Me alegro mucho que te haya gustado la entrada, la verdad es que ha sido un momento emotivo para ambos, y me ha encantado compartirlo con todos.

    Nos vemos por aquí.

    Saludos.

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