Hace tiempo que tenía en mente conseguir este juego para mi hijo "El hombre de la prehistoria", y como si de adivinar el pensamiento se tratase, la semana pasada unos amigos se lo regalaron. Así que como nos encontramos en plena efervescencia prehistórica, con el resumen del libro "El clan del oso cavernario" incluido, se puso manos a la obra en el montaje de los esqueletos y su museo particular.
Lo que falla, o al menos eso dice mi hijo, es que solo son tres los esqueletos a montar, él hubiese preferido que viniesen todos los homínidos que se representan en el mini museo que hay que montar, porque le sabía a poco. Pero aún así ha podido comparar tipos de cráneos, pelvis y diferencias significativas entre los diferentes homínidos.
De esta manera ha quedado su expositor, que espero (tal como sugirió uno de nuestros amigos) no pretenda adjuntarlo a la pared donde estamos representando la evolución del hombre, porque pegar en ella todas las fotos que se le ocurran no me importa, pero lo que se dice hacer una obra para abrir un agujero para posar este pequeño museo va a ser que no.
Nos queda pintar la figura de escayola que ha realizado del Tigre diente de sable, esta no me importa colgarla en la pared, al lado de su cuadro evolutivo, todo lo que sea clavar, que no ahondar, está dentro de mis concesiones.
Pero eso será en otro post.
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