Una de las cosas que nos gusta mucho hacer son los puzzles, y si estos son educativos mucho mejor. Además se junta con el gusto de mi hijo por la geografía, que lo ha heredado de su padre porque lo que soy yo....
El caso es que le encantan y tenemos dos precisamente de España, uno que le regaló un amigo el año pasado, que dicho sea de paso lo ha utilizado muchísimo, y este que es una auténtica reliquia familiar.
Lo hizo su padre cuando estaba en el colegio, no se exactamente los años que tendría cuando lo hizo, pero tiene un trabajazo, por eso le pusieron ese Sobresaliente que se merece. Para mi hijo tiene un valor incalculable, así que lo suele utilizar menos que el otro, porque le da mucha pena que se pueda estropear.
Quizá se anime él a hacer otros puzzles, hacerlos de diferentes continentes. Porque lo que es cierto es que cuando uno manipula materiales educativos, creando sus propios juguetes, suele aprender mucho más que cuando se lo dan todo hecho.
Eso les pasa a todos, pero máxime a los niños como el mío, que tienen dislexia, cuando ellos son los creadores suelen fijar más en su mente todos los conceptos, ya que no se les olvida la posición o el sitio donde estaba cada cosa. Una manera más sencilla y divertida de fijar contenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario