Día de física, mi hijo y sus experimentos, pues de esta guisa está el baño. Aprovechando la cuerda del estor ha ideado una tirolina para tazas. Pero tuvo su trabajo, porque hasta que la cuerda no quedó bien tensada, agarrada al mango de la puerta, no tuvo aquello la velocidad adecuada.
Y es que ha visto que si la cuerda estaba floja, la taza se quedaba a medio camino. Mientras que cuando la dejó bien estirada, la taza llegaba perfectamente a la puerta. El mayor trabajo fue afianzar bien la cuerda a la puerta, con nudos que le permitiesen ir tensando según lo iba necesitando, y que no se desataran.
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