Aunque, desde mi punto de vista, la panificadora es un gran invento, mi hijo no comparte conmigo esta apreciación, por lo que de una temporada para aquí nos hemos aventurado, de manera manual, en el interesante mundo de la harina.
Como somos dos en casa, y no demasiado paneros que se diga, pues con las medidas que indico más abajo tenemos suficiente.
- 300gr. de harina.
- 10/12 gr. de levadura de panadería.
- Poco más de medio vaso de agua, aunque habrá que añadir lo que necesite la masa. Porque la medida está un poco a ojo.
- Una cucharadita de aceite de oliva.
- Media cucharadita de sal.
- Un pelín de azúcar. En nuestro caso panela.
Solemos mezclar primero la harina con la levadura, dejamos un ratito y luego añadimos la sal y la panela. Lo mezclamos todo bien. En una superficie limpia y lisa ponemos la mezcla y hacemos una especie de volcán. Introducimos los demás ingredientes y amasamos hasta que no se nos pegue la masa en las manos.
Dejamos entonces reposar la masa como una hora, normalmente ha doblado su tamaño. Una vez terminado el tiempo volvemos a amasar un poco y dar forma al pan o panes que queremos preparar.
Los colocamos en una bandeja de horno previamente enharinada. Y lo dejamos reposar como otra media hora. Luego ya se introduce en el horno, en nuestro caso a 175º durante 35 minutos y nos queda estupendo. Pero como cada horno es un mundo, mejor adaptar el tiempo y temperatura de forma individual.
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