La salida de ayer fue en un entorno maravilloso, el castillo de Pioz. Mi hijo disfruta enormemente estos encuentros, porque no solo descubrimos parajes nuevos en entornos cercanos, la belleza que nos rodea y la historia que los envuelve, sino que además disfruta de una jornada con sus amigos. Diez familias, con 17 niños, disfrutamos de un día estupendo.
El día nos acompañó. Aunque a la sombra hacía algo de fresco, el sol nos calentaba lo suficiente como para no necesitar abrigos. Los niños parecieron transformarse, eran los caballeros que habitaban este castillo, construido en el siglo XV para la familia Mendoza. Aunque nunca llegó a utilizarse militarmente, para nuestros peques el día de ayer se convirtió en toda una batalla campal, en la que tenían que defender su fortaleza de los intrusos que querían invadirla.
Ataviados con capas principescas, escudos de madera y espadas, organizaron dos grupos, los habitantes del castillo y los que intentaban asaltarlo. Juego de rol histórico en un paraje que se prestaba a ello. La estrategia dominaba el juego en todo su conjunto, y todos contribuyeron a que el día de ayer quedara como mágico en el recuerdo.
¿Quién a dicho que la historia no es divertida?
¿Quién a dicho que la historia no es divertida?
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