Comienza otro curso en la escuela de música. La verdad es que mi hijo estaba entusiasmado por ver a sus amigos, sus compañeros de clase, con quienes se lleva a las mil maravillas. No se si todos los grupos serán igual, pero la química que tienen entre ellos es impresionante. No percibo competición, para nada, sólo ganas de mejorar y dar lo mejor de ellos. ¡Me encanta!
Pero no olvidemos que también tenemos que trabajar, aunque de manera divertida, que es como mejor se aprenden las cosas. Eso sí, la calidad no baja y el nivel va subiendo por momentos. Ahora toca conseguir manejar este nuevo ritmo.
PD. La batería no suena muy bien, pero para aprender en clase les basta ;-D
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