Muchos sabéis que mi hijo acude a clases de música. Desde hace dos años estamos en una escuela que se ha convertido en nuestra segunda casa. No solo por la cantidad de instrumentos que está aprendiendo a tocar (cruzo los dedos para que no continúe sumando alguno más en los próximos años), sino porque realmente nos sentimos con ellos como en casa.
Pero de lo que quizá me sienta más afortunada es de participar en un proyecto muy novedoso llamado Experimentación Musical, creado por Abel Camacho (uno de nuestros profes) y que la escuela, de manera muy acertada, a implementado en su programa.
Algunas familias me han preguntado por este original método, pero me es imposible explicarlo sin poner ejemplos. Evidentemente este vídeo dista mucho de representar la realidad del aula, en la que participamos todos activamente, tanto padres como alumnos. Puedo decir, eso sí, que es la primera vez en mi vida que he logrado aprender algo de música, entender el pentagrama, diferenciar notas y lograr leer una partitura sencillita. Ni que decir tiene que mi hijo está avanzando a un ritmo que nunca me hubiera esperado.
Aunque es un minúsculo ejemplo de uno de los ejercicios que se hacen en clase, me ha parecido muy interesante resaltarlo, porque métodos y enseñanzas basadas en la experimentación, siempre tendrán un lugar preferente en nuestras vidas. Espero lo disfrutéis.
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