La luz viaja siempre en línea recta, aunque puede cambiar de dirección si es reflejada por una superficie. También puede hacerlo cuando atraviesa algo transparente, como un vaso de agua. A esto se le denomina refracción.
Para este experimento, el de desviar la luz para que los niños puedan verlo de forma clara, necesitamos una linterna, agua, un trozo de cartón, una botella de cristal, leche y tijeras.
Llenamos la botella de agua y le añadimos un poco de leche, para enturbiarla. Realizamos una ranura algo gruesa en el trozo de cartón y con la longitud del tamaño de la linterna. Apagamos la luz y encendemos la linterna, apuntando a la botella, pero con el cartón entre media de ambos. Vemos así como el agua y el cristal desvían (refractan) y dispersan la luz.
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