Ya ha pasado otro año, estamos ya en el 2013. Los balances de los años pasados quedán atrás, puesto que lo aprendido ya lo llevamos encima y no hace falta "autoevaluarnos" de año en año, más bien lo hacemos de día en día.
Pero me gustaría destacar el hecho del giro que ha supuesto en nuestras vidas este año. Evidentemente las personas que nos rodean a diario han influido muy positivamente (o de forma negativa, según opiniones) en nuestro crecimiento personal y entendimiento de nuestro entorno.
He visto que mi hijo ha ido madurando sin dejar de ser el niño que quiero que sea. Sigue creciendo, sigue aprendiendo y cada vez con más ganas de "saberlo todo", eso sí, en los temas en los que muestra especial interés.
Ahora nos queda otro año por delante, en el que seguiremos trabajando juntos, riendo juntos, llorando juntos. Porque solo así seremos capaces de conseguir verdaderas unidades familiares, cuando se es un bloque conjunto.
Y, aunque tarde, deseamos que este nuevo año sea tal cual cada uno espera.
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